Porque siento que es el lugar en el que más cerca estoy de ti, porque, aunque me cueste reconocerlo, siempre estarás ahí.
Y vuelvo como siempre, y como siempre ellos vuelven a mi.
Vuelven los recuerdos de la noche más larga que he vivido.
Vuelven las horas cansadas.
Vuelven las lágrimas frías.
Vuelve el silencio, cobarde, infinito.
Vuelve, a todas horas, un adiós inmenso, un adiós claustrofóbico que me deja sin aire aquí arriba.
Paredes crecen a mi alrededor, como muros sin nombre que me aislan de mi, que me acercan a ti.
Y por un momento siento miedo, por un momento dejo de sentir tristeza, dejan mis ojos de llorar, y simplemente tengo miedo.
Pero, ¿de tí? Miedo.. ¿a la muerte?
Más bien, siento pavor por la vida. Una vida que no sé a dónde va, inesperada. Que me sonríe antes de girar, que me da la mano y me ayuda a caer, contradictoria.
Siento un escalofrío y empiezo a entender, que quizás, subiendo aquí arriba logre dar un sentido a mis pasos.
Que quizás esquivando la tristeza, afrontando el pánico, llegue por fin a saber estar contigo sin que estés.
Que, como cada vez que vuelvo, subo aquí arriba porque sé, que sin estar, sientes conmigo.
R.