miércoles, 30 de diciembre de 2015

Ahora que se acaba de manera inevitable este 2015 de emociones.



Ahora que, 365 días más después del huracán,
todavía nos azota la tormenta.

Ahora que nos sentamos a cenar,
que la mesa está a rebosar, porque estamos todos.
Ahora que descorchamos el champán.
Y hacemos balance de todo lo bueno y lo malo.
Ahora que descartamos,
Que vemos que quizás no fue para tanto.
Ahora que hacemos listas,
Listas de propósitos, listas de deseos,
Listas de aspiraciones y listas de éxitos.
Ahora que la tele nos desea Feliz Navidad.

Ahora, como siempre, que nos reunimos para cenar.
Justo ahora que el corcho explota en el techo.
Ahora que llenamos el corazón,
y vaciamos las copas.
Y este miedo a perder,
nos empuja a perdernos sin remedio.

Ahora que, 365 días que recordar,
la memoria a golpe de despedidas.
Ahora que entendemos que la vida es eso,
recordar.
Que como dijo Joaquín, se muera el olvido.
Ojalá, que se muera,
y que no vuelva.

Porque, ahora que nos sentamos para cenar.
Ahora que la mesa está a rebosar,
porque estamos todos.
Ahora, justo ahora, que descorchamos el champán.
Grito.
¡Que se muera el olvido!
¡Que se alarguen las madrugadas!
¡Que nos perdamos ya de una vez!

Y que deje de doler,
Ya, en forma de suspiro.


Y que me recuerdes.

Porque recordar es volver a vivir. 






R.