lunes, 15 de diciembre de 2014

Hazlo


Hoy hace una semana que decidí subirme en aquel maldito tren.

Tan sólo hace una semana desde que tuve la peor sensación que he tenido jamás en el cuerpo.
Una sensación que me calaba de frío por dentro pero que me quemaba por fuera, haciendo que mis manos ardieran mientras se congelaban mis huesos. 

Por un momento no existía el tiempo, ni minutos ni segundos que valieran la pena. 

Tan sólo el "hazlo".
Un "hazlo" o te arrepentirás.
Un "hazlo" por tu bien.
¡Hazlo!.
Un por-lo-que-más-quieras "hazlo".

 Y lo hice, me subí en el tren sin saber si valdría la pena, sin saber que valdría la pena.

Pasé las peores cuatro horas de mi vida sentada mirando por la ventana. Con un miedo que me consumía, que me envejecía a cada instante.

Podríamos decir aquello de hay trenes que solo pasan una vez y dejaría de ser una cursilada para convertirse en realidad por un momento. Escuchas el ruido del metal acercarse al andén y sin saber cómo entiendes que nunca más se volverá a repetir. Que tienes ese no-sé-qué en tu interior que te empuja a subir al vagón sin entender del todo ni el por qué ni el para qué. 

Y es que, quizás el Robe tenía razón desmereciendo a los que viven la vida como un camino empedrado de horas, minutos y segundos, porque hay veces en las que el tiempo no significa absolutamente nada. Nada depende del reloj por un instante y lo único que vale eres .

Tú y tu cabeza jugando solos ante la vida, tú y tu voluntad fugaz por lanzarte a la inmediatez de la incerteza.

Le damos tantísima importancia al tiempo que nos olvidamos de darle intensidad. Después de eso, puedo decir que los minutos en los que me dispuse a correr por no perder ese tren son el tiempo de mi vida en el que más viva me he sentido. Un momento en el que pensé, por primera vez, que debía dejar de pensar y llegar.

Y que yo, solamente yo, era la única persona del mundo en ese momento que sabía que lo que estaba haciendo me acompañaría el resto de mi vida.

Y hoy, puedo decir, que hace una semana hubiese podido perder el último tren.


Y no lo hice. 





" La música nos une y te da vida. Tu guitarra y tus años siempre conmigo."








R.

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