Y con ella, cada día el mismo camino, ahora con luz.
Con ella llegan esos árboles desnudos que poco a poco irán vistiéndose con colores.
Llega el calor a los rincones, cada día.
Con la primavera llega la Estatua dels Castellers y su perpetuo anhelo por tocar el cielo.
Llego yo cada día, mirándola al pasar de camino a clase.
Llega la primavera a esta ciudad encantada y, aún así, sin perder el encanto, le abre paso entre sus calles.
Y vive la tarde.
Llegamos los dos, con la primavera.
Con nuestros gigantes y nuestros demonios.
Con nuestros sueños y nuestros desvelos.
Llega enfriando una mañana que da paso a un Sol que no quema, que vive y revive.
Como cada año, llega la primavera.
Y sin querer me pregunto, si seguirá llegando con nosotros la primavera, como cada año.
R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario